En Rumanía hay 3,6 millones de pequeñas explotaciones (o, más exactamente, hogares agrícolas), que gestionan en torno al 45% de la superficie agrícola útil total. El principal canal de distribución de estas explotaciones siguen siendo los mercados tradicionales de agricultores, abiertos todos los días de la semana. A nivel de la ciudad de Brașov, existen actualmente seis mercados agrícolas activos, situados en los barrios más habitados, donde los consumidores pueden adquirir productos agroalimentarios locales y regionales y se desarrollan relaciones a largo plazo entre consumidores y agricultores.

Los mercados de agricultores contribuyen a la construcción de un sistema alimentario local resistente y su importancia se puso de relieve durante las últimas crisis mundiales. Además, los mercados de agricultores pueden apoyar la salvaguardia de la gastronomía local y tradicional y contribuir al desarrollo de formas sostenibles de turismo, al tiempo que asumen un papel social de puente entre generaciones.